
La verdad es que siempre he sido un gran fan del cine de accion, y al
vivir la gloriosa década de los 80, los superhéroes de los cines eran
tipos como John Rambo (El acorralado y Rambo), John Matrix (Commando),
James Braddock (Desaparecido en combate 1 y 2) o John McClane (Jungla de
cristal en Sudamérica Duro de matar), etc... Por tanto le tengo
simpatía a Sylvester Stallone, cuya carrera está llena de éxitos, films
memorables, films mediocres y fracasos de taquilla.
En esta ocasion tras los dos films de Los mercenarios, y repetir como
Rambo y Rocky, nos llega un film de colegas, que es esa fórmula del cine
de acción o intriga que funciona mediante contrastes entre la pareja
protagonista. Por ejemplo, Arma letal.
Mel Gibson es un policía veterano de la guerra del Vietnam, entrenado en
las fuerzas especiales, una verdadera máquina de matar viviente, y que
encima está loco, es imlulsivo, imprevisible y tiene tendencias
suicidas. Su compañero, Danny Glover, en un negro, padre de familia,
carroza, tranquilón y comedido. Cuando ambas personas hacen pareja,
estallan toda clase de conflictos, situaciones increibles, chistes,
etc...
Otro ejemplo muy claro de ese tipo de cine, lo vi en 1982, cuando vi en
un cine Límite 48 horas, de Walter Hill, el director de este nuevo film
de Stallone. En esa ocasión un polícía grande, violento y blanco, Nick
Nolte, hacía pareja con un ladrón escurridizo, ingenioso, bromista y
negro, que era Eddie Murphy.
Walter Hill regresa al cine, tras el desastre de Supernova(2000), y un
film carcelario mezclado con boxeo que dirigió en el 2002 y que pasó sin
pena ni gloria, se ha pasado una década ejerciendo de productor y
dirigiendo algún episodio de series de televisión. Ahora regresa al cine
con su gran experiencia, su conocimiento de la fórmula de colegas, y
con Stallone como estrella.
Ahora la idea es juntar un asesino a sueldo, Stallone, duro e implacable
pero que no mata mujeres y niños, con un policía asiático experto en
informática, patoso y que un código policial que prevalece por encima de
todo.
¿La excusa? Que a ambos les han matado sus compañeros.
La pareja no se traga pero comulgan temporalmente para lograr un objetivo común.
El film no ofrece nada nuevo, nada original, nada excitante. Todo está ya visto en mil films anteriores de décadas pasadas.
Es triste que el guión no ofrezca un arranque y emparejamiento de la
pareja protagonista mas ingenioso y consistente. El desarrollo del film
es simple, basándolo todo en muchos diálogos entre los protagonistas, y
la trama va del punto A al B al C y acaba en el D, sin sorpresas y sobre
todo decayendo todo en el tercer acto.
La relación entre el asiático y la hija de Stallone, la tatuadora, es
desaprovechada, el final es precipitado y absurdo, y lo que se supone
que va a ser mas guay, queda en... ¿Eso es todo?
Encima el epílogo es lamentable. Stallone a su rollo, el coreano pasando
de él y amenazándolo con atraparlo y detenerlo sí se cruza en su
camina. ¡Tras haberle salvado el otro varias veces la vida! ¡Mira que
son desagradecidos estos Kung Pao Chicken!
El lado positivo es que el film está bien rodado, tiene momentillos guay, una pelea final con hachas acojonante, y poco más.
Es una película para pasar el rato, para verla una sola vez, de las mas
olvidables de Stallone, muy inferior a la nueva de Schwarzenegger, El
último desafío, y bueno, en taquilla el film ha fracasado.