El infatigable director alemán Uwe Boll nos trae ahora otro de sus films vapuleados por la crítica y como no, por el público. Ahora nos trae la adaptación de un videojuego, Dungeon Siege, al cual he tenido el placer de jugar. No es que sea una maravilla pero es un juego de rol en vista isométrica que tiene todos sus elementos gráficos generados tridimensionalmente, tanto personajes como los fondos y escenarios. Basándose en el inevitable juego Diablo, se trata de ir pasando secciones del mapeado masacrando incontables legiones de monstruos y recolectando los objetos que dejar caer estos al morir. La trama del juego es casi inexistente siendo como digo una mera sucesión de niveles y niveles en los que prima gráficos bonitos y cuidados y un montón de acción. La película pues, traza su propia historia y pienso yo que poco o nada tiene que ver con el videojuego.
Uwe Boll reune a un importante reparto de actores de segunda fila: Burt Reynolds, Ray Liotta, Kristana Loken, Ron Perlman, Jasos Statham, John Rhys-Davies, Claire Forlani, etc... Según fuentes se habla de un presupuesto de 60 millones de dólares para la realización de este film, cosa que yo dudo bastante. Es más factible un presupuesto en torno a los 30 o 40 millones. El film solo recaudó 4 millones de dólares en cines USA , siendo un completo y absoluto fracaso y el hecho de que se basara en un videojuego bastante popular no influyó para nada.
La película es de una pobreza visual notable. La dirección arística es MUY POBRE. El film intenta ser un pariente pobre de El señor de los anillos, buscando un argumento algo similar y unos personajes un poco por el estilo, pero todo queda reducido a un film muy pobretón y aburrido. La peleas están montadas tan aceleradas con decenas de planos por segundo, que en vez de impresionar, confunden y no ves nada. Los monstruos son penosos, los efectos especiales de tercera división y así hasta el infinito. Nada del film es destacable o memorable. Es un film de esos que van casi directos al dvd y ahí se quemán en el infierno de los videoclubs o de la venta directa.
Un detalle a destacar es como los actores, TODOS, lucen sus peinados de andar por casa. Burt Reynolds su peluquín blanco y con la cara llena de liftings es muy poco creible como rey. Ray Liotta con su tupe a lo Uno de los nuestros pues no da el pego como mago. Jason Statham rapado como en Transporter pues tampoco es que de mucho el pego como heroe de un film de espada y brujería, a pesar de ser un notable heroe del cine de acción actual. Es decir, todos los actores simplemente se cambiaban de VESTUARIO. Nadie los caracterizaba o cambiaba sus peinados. Ver a Ray Liotta como brujo maligno es simplemente RISIBLE y MUY POCO CREIBLE. Un desastre absoluto este punto que comento, parte de la dirección Artística.
Por último decir que ya sabeis que no soy racista ni tengo nada contra la gente de color sino al contrario. Yo estuve mucho tiempo con una chica negra que era muy buena persona. Pero mi pregunta es... ¿Eragon, Dragones y Mazmorras, En el nombre del rey? ¿Porque films de espada y brujería con actores negros siempre fracasan en taquilla? Pienso que como en El señor de los anillos (que no salía ni un solo actor de color) este tipo de films no es adecuado para dichos actores. Ver al principal actor negro del film con una barba cortada impecable a maquina como en las que se lucen en actualidad pues como en el tema que he mencionado antes de los peinados, pues reduce la credibilidad del film.
Esta película es del montón, un rollo aburrido y de escaso interés. Otro de los habituales desastres a los que nos tiene acostumbrados el director alemán Uwe Boll.
