Alex de la Iglesia es u director vasco, de Bilbao, que en 1993 presentó un cortometraje llamado Mirindas Asesinas, con el cual llamó la atención de Pedro Almodovar, que le produjó de la noche a la mañana un film fantástico.
Se trata de un film alocado de ciencia-ficción en el que se aplica una capa de textura española demencial y en clave paródica. Todo lo más cutre, casposo y rancio de el humor más bastardo español unta el film dejándolo como una especie de comedieta autóctona española barriobajera.
Este film no tiene el alma española de Airbag o El día de la bestia sino que es burdo, sin sentido y demencial.
El el futuro un grupo de disidentes, parias de la sociedad con defectos físicos, atacan una fiesta de ricos y secuestran a la hija de una personalidad. Total que escapando a no se donde, ese grupo de mutantes cabreados se pelean entre si mismo y se enfrascan en una lucha fraticida sin sentido. ¿? Tras semejante disparate van a parar a un planeta desértico en donde los protagonistas encuentran una familia de locos en plan Las colinas tienen ojos en donde el popular Santiago Segura tiene un breve papel. Tras escapar de ellos el film acaba con los rebeldes siendo rodeados y masacrados por las fuerzas del orden. Demencial...
En el film nada hace gracia. Su humor es absurdo. Se comete infinidad de errores y exageraciones propias de un debut, por exculpar algo a Alex de la Iglesia. Encima el guión no es nada del otro mundo y reproduce secuencias casi inconexas por la trama, calcadas del género fantástico. Al final esta copia-homenaje queda horrenda e irritante por lo absurda de su propuesta, su poca imaginación y la falta de transmitir un sentido de la emoción al espectador. Digamos que cualquiera que vea este film y esté en su sano juicio ni cogera el tranquillo a la película ni le parecerá nada del otro mundo.
Este film es como un traje barroco lleno de plumas de un drag queen de clase Z: aparatoso, extraño, forzado y sin demasiado sentido de la lógica. Un bodrio español que no hizo ningún favor al cine, que afortunadamente pasó sin pena ni gloria y fue practicamente olvidado.
Yo lo rescato porque es mi deber y sabeis que soy capaz de comerme cualquier mierda. Todo queda dicho. Un film solo para incondicionales estudiosos de la tryactoria y evolución del cine fantástico español.
