
Película de terror mexicana en la que sale de la tumba un vampiro, que permanentemente la cara mas arrugada que los pulgares de un submarinista.
El tipo tiene conocimientos científicos y como en misión imposible se prueba varias "caras" y se pone la que mas le mola, obteniendo una apariencia humana normal y no monstruosa.
Aparte de todo esto el vampiro, el conde Brankovan, resucita a su hijo vampiro, mediante técnicas cientificas, con un líquido con propiedades especiales.
Pero el conde vampiro tiene además de su sirviente fiel, a dos albinos que en realidad son... ¡Robots! ...y que obedecen ciegamente sus órdenes y cuando no hacen nada, esperan en unas cámaras de hibernación. ¡Igual por eso está tan pálidos!
Luchadores enmascacarados, niños juguetones, mujeres preciosas en peligro, robots albinos, vampiros y cámaras secretas se mezclan en un film irregular que va tocando muchos palos, tendiendo unas veces al terror, otras a la comedia y algunas al tedio y aburrimiento.
Es una de las secuelas del film del film "El rostro infernal".
Personalmente lo que me llamó la atención es el tren de juguete con el que juega el niño. ¡Que recuerdos! Yo también tenia un juego similar, pero mas pequeño. Siempre me quedaba fascinando mirando como siempre daba vueltas a la misma velocidad la locomotora y los vagones.
Hasta que empecé a poner clicks de Famobil en las vías del tren bien tumbado o en grupo para que los arrollaran. Ponía también coches pequeñitos de juguete y lo mas flipante...
Hacía con mucha plastilina monstruos enormes horribles y los ponía en las vías atacando amenazadoramente el tren, que siempre se los llevaba por delante. ¡Que tiempos!
Volviendo a la película, un film normalito que no me llamó la atención para nada.