El film es otro de los excelentes films de aventuras con el personaje de Simbad el marino como protagonista.
El
intrépido aventurero se enfrentará esta vez a un mago pérfido y
manipulador que reduce a la princesa hasta convertirla en casi nada, y
así tener la colaboracíon del héroe para en una isla perdida enfrentarse
a un montón de peligros.
La galería de seres fabulosos es muy
amplia y variada: un cíclope, un dragón escupe fuego, un genio de una
lámpara mágica, un esqueleto guerrero, una mujer serpiente de color azul
y cuatro brazos, y un gigantesco pájaro Roc, pero esta vez bicéfalo.
Ray Harryhausen trabajó durante once meses en las animaciones de su
técnica stop-motion bautizada a mono personal como Dynarama.
La
pelea entre el dragón y el cíclope es memorable. El film es un continuo
festival de colores, sitios fabulosos, monstruos y aventuras, que lo
convierten en un clásico muy notable y espectacular de los años 50. Casi
nada.
Con los medios de los años 50 en el cual el promedio
visual de los films era espantoso en la mayoría de los casos, este film
demuestra una frescura y encanto únicos. De hecho es considerado unos de
los mayores clásicos del cine fantástico y de aventuras.
Personalmente
me quedo con las escenas del pájaro Roc y como no, cuando el cíclope se
quiere comer asado a uno de los marinero de Simbad, en una clara
alusión a uno de los pasajes de La Odisea que tuvo como protagonista al
también intrépido héroe clásico Ulises.
UNA PRECIOSA PELÍCULA FAMILIAR, muy antigua pero interesante de descubrir y ver.