El cuatro film de la saga de Gamera.
El film comienza en el espacio, con un ovni que es destruido por el colosal monstruo Gamera.
Gamera
es algo increible. Es una tortuga gigantesca, que dispara rayos, vuela
por el aire y por el espacio, y que encima como tortuga que es, nada
bajo el agua. Cuando la tortuga está en modo vuelo, esconde la cabeza y
miembros dentro del caparazón, y a través de las cinco aberturas del
mismo, expulsa una lenguas de fuego. Encima es capaz de andar a dos
patas. ¿Alguien da más?
Los aliens llegan a la Tierra con aspecto
humano, y entre todo el rollo hay un grupo de boy scouts japoneses,
niños, que son secuestrados por los aliens, hasta que al final dentro
del ovni intentan sabotearlo todo, para detener los planos invasores de
los pérfidos alienígenas.
Estos usan un sistema de control remoto para controlar a Gamera y utilizar al monstruo para atacar a todo el Japón.
Cuando
al final gamera recupera su independencia los invasores revelan su
aspecto, que es el de un calamar con cara de pájaro, sobre cuya cabeza
hay otro montón de tentáculos llamado Viras. Semejante bicho resulta que
se fusiona entre si mismo, unos con otros, y como resultado el grupo de
bichos da unidos un gran cabronazo que se enfrentará a Gamera tanto en
la tierra, como en el aire y el agua.
El declive del estudio que
produjo el film era evidente, y sobre explotaba la fórmula de Gamera
como fuera. La ecuación es terrible: un presupuesto muy bajo (vease las
penosas escenas del mini-submarino) y una gran parte del metraje está
sacado de anteriores films. Incluso se incluyen escenas en blanco y
negro de un viejo film. ¡Insertos en blanco y negro en un film a color!
¡ALUCINANTE!
Es evidente que el film estaba enfocado para los niños, poque es terriblemente infantil.
UNA PELÍCULA MALÍSIMA que explotaba el tema de los monstruos gigantes de forma tan burda como interesada.