TUNKA: EL GUERRERO, 1983

TUNKA


Tras la tercera guerra nuclear, el mundo se destruye, la civilización tal y como la conocemos se va a freir puñetas, y ahora el mundo devastado solo alberga a unos cuantos puñados de supervivientes.

Pero la película no toma la dirección de la genial Mad Max 2, con un mundo post-nuclear árido, radioactivo y lleno de clanes salvajes sobre ruedas, sino que la humanidad no se sabe muy bien RENUNCIA A TODA CLASE DE TECNOLOGÍA y se vuelve medio cavernícola.

Ahora el mundo, tras el holocausto nuclear, no se sienta a dialogar y sentar las bases de una convivencia pacífica y solidaria, sino que se dividen en tribus bárbaras que se pelean a espadazos y hachazos y flechazos entre ellas.

Ahora la cuarta guerra mundial, entre los supervivientes del holocausto se libra con flechas, piedras, armas blancas y algún que escupitajo traicionero a los ojos.

Por tanto la película tiene un arranque extraño, que no pega ni justifica adecuadamente, una película rollo Conan el bárbaro.

Este clon español de películas de espada y brujería, esta escrito, protagonizado y dirigido por Dan Barry, cuyo nombre real es Joaquín Gomez Sainz, un especialista de la època que por ejemplo fue el némesis de Paul Naschy en la película "Los cántabros".

La película está rodada en muchos hermosos parajes españoles, pero la fotografía es lamentable junto con el diseño de encuadres y planos, haciendo todo el film pedrestre y ratonero a los ojos del espectador.

En la película hay un montón de actores y actrices, para llenar un tren, pero tanto actor, tantas localizaciones, y un sin fin de vestuario, no se aprovecha en la película que es una acumulación de todo lo citado, pero con un estilo visual nada impactante, aburrido y oxidado.

La coreografía de las peleas es en algunos momentos produce verguenza ajena.

En definitiva todo el conjunto se queda en un delirante esperpento que imita a los films de Conan, pero de una forma tremenda pobre y televisiva, por culpa de un guión insoportable, rolloso y nada emocionante, una dirección sin vida, y una fotografía horrible.

Tener, la película tenía medios y posibilidades, el problema es que el film como tal fué muy mal pensado, concebido y plasmado.

Dan Barry, en su defensa, comento en una entrevista que el film solo costó 7 millones de pesetas, que aplicando la inflación sería ahora unos 28 millones de pesetas, cerca de 200.000 euros, y de ahí la gran modestia de medios.

Otro problema que comentó este señor Dan Barry, es que el operador de cámara resultó ser un incompetente que destrozó mucho de lo rodado en la película, porque resulta que... ¡No veía bien! Total que el tipo se calló como un puta por hacer dinero con un trabajo, con una falta de ética absoluta, y de forma egoista destrozó esta película. Ya que al montarse el film se tuvo que deshechar muchas de las escenas, planos y secuencias. Es para matarlo.

Pero fuera como fuera, el resultado final fue Un verdadero BODRIO de los que hacen historia. Personalmente, me pareció un film interminable, malo y aburrido.

Con lo que me quedo son con algunos modelistos de las chicas, que parecen sacados de alguna discoteca madrileña underground de principio de los 80, cuando estaba "La movida".

¡Que tiempos aquellos!