John Gulager, el director de la aclamada trilogía Feast, un verdadero festival gore de monstruos, cubos de sangre, tripas a patadas y mucha mala leche y humor negro, a priori parecía una gran elección para continuar el film de Alexander Aja, Piraña.
Ese remake del Piraña de 1978 de Joe Dante, fué una locura de gore, desnudos y diversión a patadas enmarcado en la mas pura serie B, pero de gran calidad.
La película, con un presupuesto de 24 millones recaudó 25 en cines USA (teniendo en cuenta de que era muy fuerte, gore y con mucho contenido sexual) y un total mundial de 83 millones, por lo cual la película dio beneficios.
La secuela nos llega ahora cuando se comenzó a rodar en Abril del 2011 con la idea de estrenarla en Noviembre de ese mismo año. Pero ese estreno se retrasó hasta Junio del 2012.
Unos dicen de que la película no valía gran cosa, de que no sabían sí estrenarla en cines o no, otros que había que rodar material adicional y nuevas secuencias, que si remontarla de nuevo, etc...
Sea cual fuera la razón, el caso es que estamos ante una película repetitiva, bastante aburrida y menos gore de lo esperado. Es como una copia floja del primer Piraña.
Hay un par de escenas curiosonas, como cuando un tipo hace el amor con una chica y esta tiene una piraña en la vagina (¿No la notaba?) y total que la piraña le muerde la polla al tipo que se desacopla, y tiene colgando de su pene a una piraña de dientes afilados.
¿Solución? Agarrar un cuchillo de cocina y cortarse el ciruelo. ¿Qué absurdo, verdad? Vamos, yo agarro el cuchillo y hago sushi la piraña de los cojones en un minuto, sin tener que cortarme el trípode.
En otra escena a un gordo se le mete una piraña en el culo y otro tira de la cola del pez para sacársela del ano, pero claro, las espinas del pez se le clava en las paredes del ano, desgarrándoselo. ¿No era mas sencillo pegarse una cagada guapa y axfisiar con mierda a la piraña? ¡Igual intenta escaparse entre ataques de vómitos! ¿Qué respiran los peces, agua o mierda? Pues nos ponemos rollo El ciempies humano y al pescado le va a tocar ración doble de natillas de chocolate.
El problema del film es que no se nota muy pobre a nivel de secuencias, de ambición, de puesta en escena, de historia y hasta de efectos especiales. Muchos de ellos son bastante probretones y de segunda división.
Hay todo un mundo entre el piraña de Alexander Aja, brutal y salvaje, y este de Joh Gulager, bastante rutinario y convencional.
Sí pongo la mano en mi corazón os digo que es una peli para ver una vez y basta. No llega ni de broma a la categoría del original.
Una FLOJA y RUTINARIA secuela que alterna momentos de aburrimiento con otros de decepción
¿Y porqué? Bien porque el presupuesto era reducido y no daba para hacer maravillas, bien porque a Gulager le marcaron unas directrices de las que no podía salirse y por tanto el producto fué deliberadamente flojo y no muy salvaje, o bien por una combinación de ambos supuestos.
Lo mejor el papel del vigilante de la playa, David Hasselhoff, que parodia su personaje de forma bastante graciosa.
En la foto 1 vemos a una piraña pegando una mamada a un chaval excitado.
En la foto 2, la piraña hace una colonoscopia a un gordo.
Conclusión: de que a las pirañas la van las pollas y los culos. ¡Son pirañotes gays! Hahaha
