Secuela del film del 2005.
En esta ocasión los resultados generales son francamente peores, y eso que el original no era ninguna maravilla.
Los escasos encantos del anterior film: muchas vampiras, muy guapas, lesbianismo, atmósfera gótica es SUSTITUIDO por varios vampiros machos: el viejo que limpia los lavabos (no es broma), un vampiro malo, y otro con cara de demonio.
La atmósfera gótica del primer film es sustituido por un club de strippers, lleno de mesas, taburetes y camareras.
Del lesbianismo excitante y guay de la primera película pasamos a... ¿NADA? Porque los vampiros, ni se cepillan a ninguna tía, ni nada...
Lamentable.
Como podeis comprobar, la secuela es MUY INFERIOR al original, y no tiene nada de interés o calidad.
Para contrapesar semejante desastre, sale como vampira mala, la actriz rubia Jessica Morris, muy guapa, de buen cuerpo y que le pone entrega a su papel (os dejo fotos de ella ,en otros films).
La única nota positiva es que ahora hacemos un nuevo descubrimiento acerca de los homúnculos: tienen pollones inmensos.
Si ese bicho, que debe de tener como 30 centímetros de alto, debería tener proporcionalmente para el tamaño de su cuerpo una picha de de... ¿2 o 3 centímetros de largo? Pero amiguitas y amiguitos, olvidaros de las reglas de tres: los homúnculos tienen pollas capaces de llenar un vaso de cubata.
Pero a la vampira mala, al final del film, como justo castigo a su puta maldad la atan a cuatro patas en una cama, prisionera con ajos (que la deja débil y no puede escapar) y la convierten en la esclava sexual del homúnculo, que como no, se sale de su jaula de pájaros en donde vive, se baja cachondo perdido los pantalones, y empitona sin piedad el trasero de la vampira.
Así acaba el film: con la vampira buenorra siendo follada a cuatro patas por el homúnculo, que parece saberse de memoria todos los films de Nacho Vidal.
Una película MUY MALA y de una calidad general casi de cero.
